Grabados
Rafael no hizo directamente los
grabados, sino que buscó la colaboración de Marcantonio
Raimondi para reproducirlos a
partir de sus dibujos, colaboración que dio lugar a muchos de los grabados
italianos más afamados del siglo y que marcó la evolución de este arte. Este
interés por los grabados no es habitual entre los grandes maestros; de sus
contemporáneos, sólo Tiziano,
quien trabajó con Raimondi, pero de una forma menos satisfactoria. Se hicieron alrededor de cincuenta
planchas, algunas copiando pinturas conocidas de Rafael, pero otras
aparentemente sobre diseños originales expresamente pensados por el maestro.
Parte de estos dibujos preparatorios se ha perdido, y su existencia se conoce
solamente porque Raimondi los trasladó al grabado.
Los grabados originales más famosos
surgidos de esta colaboración fueron Lucrecia, el Juicio
de Paris y La
masacre de los Inocentes (del
que fueron grabadas dos versiones prácticamente idénticas). Entre los grabados
basados en pinturas cabe destacar El Parnaso (con diferencias considerables
respecto a la original) y Galatea.
Fuera de Italia, los de Raimondi y otros fueron la principal vía de divulgación
del arte de Rafael hasta el siglo XX. Baviero
Carocci, llamado por Vasari «Il Baviera», un
ayudante a quien Rafael confiaba su dinero, se
quedó en posesión de muchas de las planchas después
de la muerte del artista, y tuvo éxito en la nueva ocupación de editor de
grabados.
No hay comentarios:
Publicar un comentario