Vida privada y
muerte
Rafael vivía en Borgo, con bastante lujo y en un
palacio diseñado por Bramante. Nunca se casó, pero en 1514 se
comprometió con María Bibbiena,
sobrina del cardenal Médici. Parece que su amigo, el
cardenal, forzó el compromiso, y que la falta de entusiasmo del artista no hizo
posible los esponsales antes de su muerte en 1520. Se ha dicho que tuvo varias relaciones
amorosas, pero mientras vivió en Roma gozó de una relación permanente con Margherita Luti, «La Fornarina»,
llamada así por ser hija de un panadero (fornaio en italiano)
de origen sienés llamado Francesco Luti, que vivía en
la Via del Governo Vecchio.
Fue nombrado mayordomo del Papa León X, lo que le daba un cierto
estatus ante la corte y unos ingresos adicionales, así como también, caballero
de la Orden Papal de la Espuela Dorada. Vasari afirma que estos
nombramientos, y al igual que los muchos encargos hechos por estos, pudieron
ser motivo y explicación del retraso de su casamiento. Según Vasari, su prematura muerte en
un Viernes Santo (6 de abril de 1520,
posiblemente el día de su aniversario treinta y siete) fue debido a una noche
en la cual tuvo excesivas relaciones sexuales con «La Fornarina», tras lo cual enfermó con fiebre, y al no confesarle
a los doctores la verdadera causa, no le fue administrado el cuidado correcto,
lo que le causó la muerte. Fuese
cual fuese la causa, en la agudización de su enfermedad, que duró quince días,
pudo recibir la extremaunción y puso sus cosas en orden. Dictó su
testamento, mediante el cual dejó suficiente dinero para manutención de su
amante, confiado a su leal sirviente Baviera, y dejó la mayor parte del
contenido de su taller a Giulio
Romano, a Penni y a un desconocido sacerdote de Urbino que era pariente suyo.
Cumpliendo su solicitud, fue enterrado en el Panteón
de Roma.
La biografía de Vasari, dice que
nació en viernes Santo, y que en 1483,
ese día fue el 28 de marzo. Esto significa que si Rafael efectivamente nació y
murió en viernes Santo, en realidad no murió el día de su cumpleaños, ya que el
Viernes Santo de 1520 fue 6 de abril. Su
funeral fue grandioso y acudió una gran multitud
Relaciones con otros autores
Rafael y Leonardo
El retrato de Rafael
que copia más directamente el modelo de la Gioconda es el de Madalena Doni: el mismo corte con el busto entero, la misma
articulación en el espacio, la misma evidencia de las manos en primer término.
Ahora bien, la lectura comparada de las dos obras evidencia una profunda
distancia en la concepción. Leonardo, al regresar a Florencia, llevaba consigo el fruto de los estudios milaneses
sobre la realidad fenoménica y una actitud de tipo "científico", con
base en la cual la indagación sobre la realidad estaba exenta de cualquier
certeza "a priori". Rafael llegaba a Florencia después de la experiencia de Urbino,
que había desarrollado en él la concepción del arte como evidencia de la verdad
representada en la perfección de la forma geométrica. El joven se mide con el
más viejo Leonardo.
Rafael y Miguel Ángel
Mientras Rafael
trabajaba en la estancia de la Signatura, Miguel Ángel estaba dando vida, en la bóveda de la antigua capilla Sixtina, al otro monumento fundamental de la pintura
renacentista. La comparación entre las dos obras es inevitable, aunque a decir
verdad ya en los años florentinos Rafael había tenido ocasión de razonar sobre
la interpretación miguelangeliana de la forma, extrayendo eficaces sugerencias.
Pero en Roma, algunas figuras de la bóveda de la stanza della Segnatura, en particular las personificaciones de las Virtudes,
están concebidas según una monumentalidad nueva, plasmadas en gigantescos altorrelieves, articuladas en posturas construidas por líneas
quebradas, alejadas del flujo armónico del ritmo clásico propio de Rafael. La
cuestión es cómo el artista pudo ver la bóveda de Miguel Ángel, que fue descubierta después de la conclusión de la stanza della Segnatura. Vasari cuenta que Rafael, con la complicidad de Bramante, habría aprovechado una breve ausencia de Miguel Ángel para subir a los andamios de la Sixtina; otras versiones
cuentan que el Papa Julio
II permitió el acceso a Rafael a la sala. Pero el relato no
es creíble; es más probable que las Virtudes fueran realizadas después de un
descubrimiento parcial de la Sixtina.
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